Como maximizar tu vida 8 - Desayuno espiritual 08 de enero de 2014
Victoria Garantizada
Salmo 112:10: “…pero sus malos deseos no prosperarán.”
Me encanta como el Salmo 112 termina con esta afirmación. ¡Qué increíble conclusión para una vida bendecida! Los propósitos de Dios para nuestra vida prevalecerán al final de todo. Nuestra victoria está garantizada pero no es algo con lo que podamos tomar una actitud pasiva. Hay algo que debemos hacer para asegurarnos que accedemos a esa victoria. En el devocional de ayer, vimos que es inevitable que vengan desafíos a nuestra vida y también la importancia de permanecer fuertes a lo largo de ellos. Aunque la voluntad de Dios es siempre completar lo que ha comenzado, habrán veces en las que estarás tentado a rendirte y dejar de creer a Dios.
La clave está en adoptar un espíritu vencedor y encarar esas montañas que hay delante de ti. Gálatas 6:9 nos revela el perfil de un vencedor:
“No nos cansemos, pues, de hacer el bien; porque a su tiempo cosecharemos, si no nos desanimamos.”
Un vencedor:
1. Se niega a cansarse.
2. Continúa haciendo el bien.
3. Reconoce cuando es el tiempo.
4. Está comprometido a cosechar.
5. No se desanima.
¿Qué desafío específico estás enfrentando hoy? Si mirases a esa situación a través de las características de un vencedor, ¿cómo cambiaría la manera en la que ves las cosas?
La perspectiva de un vencedor es desde la cima de la ‘montaña’ y no desde abajo. Cuando comprendes que el Gran Yo Soy vive en ti y te da poder para vencer, tu punto de vista cambia.
Igual que el hombre del Salmo 112, poner a Dios primero en tu vida, aplicar la sabiduría de Dios y permitirle desarrollar en ti un carácter como el Suyo es el camino para una vida verdaderamente bendecida.
La victoria está asegurada cuando haces esto. Es una promesa que encontrarás muchas veces en la Biblia. Lee Romanos 8:37, 1 Corintios 15:57 y 2 Corintios 2:14. Medita en ellos y podrás verte venciendo a tus desafíos y viviendo desde un lugar de victoria.
ORACIÓN: Señor, deseo vivir una vida bendecida - la buena vida que has planeado para mí. Ayúdame a siempre tener un espíritu vencedor al caminar en esta vida contigo. Recuérdame que debo fijar mis ojos en Jesús, no cansarme y no desanimarme. ¡Recuérdame que debo andar en Tu Victoria! El Gran Yo Soy vive en mí y ha vencido al mundo por mí.Victoria Garantizada
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