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Mostrando entradas de noviembre, 2011

escojamos ser mujeres de influencia

“Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella”, Gén. 3:6 Ya hemos dicho en otra ocasión que las mujeres tenemos una gran habilidad para influir en los demás, para BIEN o para MAL. Sabemos que por medio de nuestra influencia podemos ayudar a otros (esposo, hijos, amigas) o servir de tropiezo. Podemos ser el escalón que hace el camino más fácil, o ser la piedra de tropiezo que dificulta el camino. La Biblia nos advierte que debemos cuidarnos de la influencia de la mujer, cuando ésta es inmoral; el mejor ejemplo de ello lo tenemos en el rey Salomón, quien tuvo riquezas, honor, sabiduría, oportunidades y potencial increíbles, PERO la influencia de sus mujeres paganas sobre él fue devastadora. Hablaremos aquí de dos mujeres cuya influencia fue determinante: Abigail (1ª Sam. 25): a ella le tocó desempeñar una función difíc

Esther y la Providencia Divina IV

“… ¿Y quién sabe si para esta hora has llegado al reino?”, Est. 4:14   Todo el tiempo que Amán hizo construir la horca pudo ver ahí a Mardoqueo colgado; pero ahora es él quien ha sido condenado. La historia comenzó con el poderoso rey Asuero y ahora termina con un hombre cambiado y un pueblo librado de la muerte (8:1 – 3, 7 y 8). La ley no podía ser cambiada, el edicto de Amán seguía vigente, pero Dios cambió el corazón del rey usando a Ester y Mardoqueo, proveyendo una manera mediante la cual la ley quedaría sin efecto: los judíos podían protegerse a sí mismos, podían matar a los que los atacaran, y podían quedarse con el botín (8:15 – 17). Los judíos se defendieron, pero no abusaron (9:1 y 2). Luego del día esperado, Asuero pregunta a Ester si había algo más que pueda hacer por ella (v. 11 – 14). Ella pidió un día más para que los judíos pudieran defenderse (v. 15 y 16). Después de la AFLICCIÓN, la CELEBRACIÓN (v. 17 – 19). La historia termina como tenía que terminar (v. 20 – 27)

Esther y la Providencia Divina III

“… ¿Y quién sabe si para esta hora has llegado al reino?”, Est. 4:14   Luego viene el momento más importante de la historia de Ester: las palabras que le dijo Mardoqueo (v. 12 – 14). En otras palabras: 1-    Si no haces nada, como quiera vas a morir por ser judía 2-    Suponiendo que no mueras, Dios no depende de ti; Él va a usar a cualquiera para salvar nuestra nación 3-    ¡Qué tal que Dios en su soberanía te haya escogido a ti! No es casualidad que tú hayas sido escogida para ser reina, en este preciso tiempo, para este mismísimo momento Ester acepta el reto (v. 15 y 16), y dice: “Si perezco, que perezca”. La historia continúa tres días más tarde (tiempo en el que Ester oró y ayunó), cuando Ester se prepara para entrar a la presencia del rey sin saber lo que le deparará el futuro al infringir la ley (5:1 y 2). Ahí vemos a Ester confiada, firme, tranquila, confiada en el Señor. Cuando el rey la vio, ella halló gracia ante sus ojos (v. 3). Ese sería el momento idóneo par

Esther y la Providencia Divina II

“… ¿Y quién sabe si para esta hora has llegado al reino?”, Est. 4:14 La negativa de Vasti enfureció a Asuero (v. 12 – 15); a él le preocupaba lo que sus consejeros pensarían, así que… ¡sale Vasti, entra Ester! Dios trabaja de manera misteriosa, Él SIEMPRE está en control. En este momento, Ester no tiene ni idea de lo que está sucediendo en el palacio, ni del decreto real, PERO Dios siempre está en movimiento, aunque su modo de actuar es diferente al nuestro. La oportunidad de llenar una vacante en palacio se ha presentado y, como era de esperarse, Dios YA tiene lista a alguien para llenarla. OJO: tenemos la tendencia a pensar que si Dios está realmente interesado en nosotros cambiará las cosas dentro de los próximos 60 minutos, o antes de que se meta el sol, o antes de que acabe la semana; pero, DIOS NO ES ESCLAVO DEL RELOJ HUMANO. Asuero terminó borracho, amenazado por la negativa de su esposa y luchando por controlar la situación. Entonces inicia la convocatoria para el concurs

Esther y la Providencia Divina

“… ¿Y quién sabe si para esta hora has llegado al reino?”, Est. 4:14  Hay ocasiones en las que nos parece que Dios está distante, pero aunque Él es invisible para nosotros, también es invencible. Esa es la lección principal que aprendemos del libro de Ester. Su nombre está ausente en este libro; sin embargo, está presente en cada escena y en cada acontecimiento. Lo vemos actuando a través de la vida de cinco personas en especial, quienes son además los personajes principales de la historia: 1-   Un rey llamado Asuero (Est. 1:1 – 3): en este momento él estaba en el tercer año de su reinado de 21 años; era un monarca muy poderoso, gobernaba desde Susa, la capital del reino, sobre todo el Imperio Persa (127 provincias). No había en ese momento hombre más poderoso en la tierra que él. 2-   Una reina llamada Vasti (1:9, 11 y 12): de ella sólo sabemos que fue una mujer con ideas independientes, atrevida, que no tuvo temor de oponerse a los deseos de su marido el rey; esa oposición fue