Viviré En Reconciliación - Desayuno espiritual 08 de septiembre de 2014
“Vivíamos en este mundo , sin Dios y sin esperanza. Pero ahora, unidos a Cristo Jesús por la sangre que él derramó, ustedes que antes estaban lejos están cerca” Efesios 2:13-14.
Reconciliación es la expresión del corazón y amor de Dios hacia aquellos que han sido o están enajenados. La reconciliación bíblica es más significativa que la unificación humanista y más poderosa que una igualdad política. Reconciliación significa que permitimos a Dios que reemplace nuestros prejuicios personales con su perspectiva. Soy llamado a aceptar los valores esenciales de cada creyente, entendiendo que nos necesitamos unos a otros para estar completos.
Hoy quiero moverme en ese sentir de reconciliación, comprendiendo que ya Dios se ha reconciliado conmigo a través de Jesucristo. La reconciliación demanda acercarnos en nuestra pobreza común, debilidades y pecado, de manera que recibamos las riquezas, fuerza y gracia de Dios.
Nuestra unidad y trabajo común con otros son el testimonio del poder de Jesucristo para romper divisiones y propagar su evangelio. Debido a que Dios me ha reconciliado hacia sí mismo a través de Jesucristo, puedo reconciliarme entonces con los que están a mi alrededor, sin tomar en cuenta sus ofensas hacia mi. La reconciliación comienza al conocernos, se mueve hacía la amistad y termina restaurando la hermandad en Cristo. Es hermoso vivir en paz y unidos en la hermandad de Jesús.
Reconciliación es el compartir de la hermandad de la misma forma en que los combatientes pelean juntos. Reconciliación es el compartir de nuestra salvación, experimentando nuestro amor y lucha contra nuestro común enemigo. El objetivo de la reconciliación incluye a creyente y a no creyentes, al hombre consigo mismo, al hermano con el hermano, al hombre con la mujer, al esposo con la esposa, al padre con los hijos, a la iglesia con la iglesia y a los líderes con los líderes. Este es el día para pensar en reconciliación y aún para ir más allá… hacia la reconciliación misma, porque la Biblia dice que ahora estamos unidos con Cristo por la sangre que él derramó y fue sangre de reconciliación.
Señor, gracias por darme la reconciliación. Cuando por mis pecados yo estaba separado, llegaste a mi vida para envolverme en tu perdón. Hoy, quiero vivir en esa reconciliación . Amén.
Dr. Serafin Contreras Galeano
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