Matrimonio por presion social
MATRIMONIO POR PRESIÓN SOCIAL
• La presión social. Existen otras motivaciones que también empujan a muchas mujeres solteras en la dirección del matrimonio. En nuestra cultura latinoamericana, una de ellas es, simplemente, la presión social. Aunque es cierto que el promedio de la edad en que la mayoría de la gente se casa ha ido aumentado, la realidad es que en nuestra sociedad la costumbre sigue siendo casarse. Es una tradición, una especie de meta o destino que cumplir. Aquellas mujeres que no se casan —especialmente porque quieren tener libertad para servir a Dios— pueden ser vistas como raras. Esto se llama presión social y puede ser sutil o abierta. Es sutil cuando eres percibida como una mujer “incompleta”, o “rara”, especialmente cuando tienes cierta edad y aun no te has casado. Es presión social fuerte cuando familiares o conocidos del mundo te hacen críticas constantes, o bromas pesadas para manipularte. “Te vas a quedar solterona”, “se te va a pasar el camión”, o cosas por el estilo. En ocasiones, familiares entrometidos tratan, incluso, de manipular sentimientos de culpa: la abuela que se queja porque quiere que tengas un hijo para ella porque va a ser su bisnieto, o un papá que te quiere “dejar ya casada” porque esa es su costumbre y no puede pensar de otra manera porque fue educado en una sociedad machista, etcétera.
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Pero las discípulas de Jesús no se casan y embarazan para agradar a abuelas, padres, o tías. Las cristianas no se dejan manipular por presiones sociales. ¡Penosas razones para iniciar un matrimonio son esas!
• La presión social. Existen otras motivaciones que también empujan a muchas mujeres solteras en la dirección del matrimonio. En nuestra cultura latinoamericana, una de ellas es, simplemente, la presión social. Aunque es cierto que el promedio de la edad en que la mayoría de la gente se casa ha ido aumentado, la realidad es que en nuestra sociedad la costumbre sigue siendo casarse. Es una tradición, una especie de meta o destino que cumplir. Aquellas mujeres que no se casan —especialmente porque quieren tener libertad para servir a Dios— pueden ser vistas como raras. Esto se llama presión social y puede ser sutil o abierta. Es sutil cuando eres percibida como una mujer “incompleta”, o “rara”, especialmente cuando tienes cierta edad y aun no te has casado. Es presión social fuerte cuando familiares o conocidos del mundo te hacen críticas constantes, o bromas pesadas para manipularte. “Te vas a quedar solterona”, “se te va a pasar el camión”, o cosas por el estilo. En ocasiones, familiares entrometidos tratan, incluso, de manipular sentimientos de culpa: la abuela que se queja porque quiere que tengas un hijo para ella porque va a ser su bisnieto, o un papá que te quiere “dejar ya casada” porque esa es su costumbre y no puede pensar de otra manera porque fue educado en una sociedad machista, etcétera.
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Pero las discípulas de Jesús no se casan y embarazan para agradar a abuelas, padres, o tías. Las cristianas no se dejan manipular por presiones sociales. ¡Penosas razones para iniciar un matrimonio son esas!
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