{Ester} Dia XVI... Consuelo - Desayuno espiritual 28 de febrero de 2015




Leer:4.4.7/Meditar 2 Corintios 1.4




Hadasa (Ester)era una hermosa mujer que sufrió durante su niñez. Ella simplemente perdió a sus padres, las condiciones o detalles de esto no son tan claras pero pudo tener algo que ver el hecho que ocurrió por el año 597a.C., cuando el imperio Persa destruyó casi todo rastro de lo que quedaba del pueblo de Judá. Eta hermosa chica era de la tribu de Benjamín, así que bajo condiciones claramente difíciles ella queda bajo el cuidado de su primo Mardoqueo quien la adopta y cría como a su propia hija. Vivía en pobreza y opresión de un imperio dominante, el imperio persa. Es arrancada literalmente de su hogar y llevada a palacio.

En el texto que nos relata Ester 4:4-7 vemos que ella estaba nuevamente pasando dolor, esta vez su primo y padre adoptivo Mardoqueo estaba sufriendo. Tanto era su dolor que traía ropa de duelo y cilicio y no aceptaba los vestidos que Ester le había enviado, ¿Pero qué estaba sucediendo? La Biblia tampoco nos narra que Ester perdiera la cabeza, tratando de saber qué tenía. Ella guardó la compostura como una verdadera reina, pero también con prudencia y sabiduría que solo Dios puede dar, nadie más. Así que envió al eunuco Hatac quien más adelante la puso al tanto de lo que sucedía con Mardoqueo.

Ahora, nuestro buen Dios la estaba preparando para una noticia que desagarraría su corazón. Tenía que permanecer tranquila, ocultando la ansiedad que por dentro podría tener, mientras que Hatac recibía la respuesta de Mardoqueo “declarando todo lo que había acontecido” (4:7) todo aquello que ese malvado Aman había planeado para el pueblo judío, su pueblo.

Solo alguien que conoce el dolor, la pérdida, la opresión, el sufrimiento y la humillación, pero que ha salido de todo eso en victoria y gloria por la mano fuerte del único Dios verdadero, entenderá a quienes estén en esa posición de dolor y sufrimiento, será sensible a los que sufren, perceptiva a los que lloran. Y más aun podrá consolar con el consuelo con que fue consolada.


2 Corintios 1:4 – “El cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios”.

1. Dios nos consuela:

Dios no permite el dolor, es decir El no es el orquestador quien infringe el dolor y la prueba, ya que En el no hay ninguna sombra de maldad. Pero sí permite que las cosas malas lleguen como consecuencia de nuestros actos. El nos advierte vez tras vez que lejos de El solo hay muerte y desolación. Pero cuando algo malo pasa (Una prueba) a quienes permanecen cerca de El sin duda encamina todo para bien. La Palabra de Dios afirma que El tiene cuidado de nosotros y que nunca nos dejará ni desamparará.


Deuteronomio 31:6 – “Esforzaos y cobrad ánimo; no temáis, ni tengáis miedo de ellos, porque Jehová tu Dios es el que va contigo; no te dejara, ni te desamparará”.

1Pedro 5.7 -“Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros”

Su gran amor y ternura está con los que le aman y obedecen eternamente. Así que no importa lo que padecemos, si permanecemos fieles a Dios El nos dará un fin glorioso y bueno.

2. Nuestro sufrimiento sirve para consolar a quien lo necesita:


Nuestros sufrimientos sirven a un glorioso y superior propósito. Están determinados, no solo para madurar nuestro carácter, y forjar nuestra fe, además para sacarnos de un pensamiento egoísta en el que creemos que lo que nos pasa a nosotros a nadie más le pasa. Dios quiere que nuestra experiencia nos lleve a sentir compasión y misericordia por los demás, a ser parte no de una condolencia solamente sino a dar solución a los que creen que no la hay, a brindar apoyo a quien cae, aliento al desamparado, y fuerza al que no tiene ninguna, creo que hay mucho de verdad en la afirmación de que nosotros los que tenemos a Dios como nuestro Salvador y Señor somos sus ojos, sus pies y sus manos.

3. Compartir el consuelo que recibimos


Lo que un día recibimos en las horas de oscuridad, aquel amor y esperanza del que disfrutamos, Dios espera que no nos quedemos con él solamente y disfrutemos de la restauración nada más. El en verdad requiere que seamos capaces de compartir su amor con los que sufren, si el santo Dios del cielo quiso hacer su morada con los desamparados, con los contritos y humillados, ¿por qué nosotros solo queremos estar bien y nunca sufrir, no tener nunca problemas y aflicción? Apenas estamos en aflicción y rogamos: sácanos de esto Dios!!! Pero deberíamos de decir haz tu voluntad mi Dios y que sirva para bendecir a alguien más.
Tanto Ester como Mardoqueo disfrutaron de la consolación de Dios en sus vidas, sin duda tú también podrás, sé fiel a Dios, sufre pero no pierdas la fe en el futuro que Dios te dará, deja que tu buen Señor te consuele y consuela a alguien más.



Al único y sabio Dios, sea la gloria


fuente: amaadiosgrandemente

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