{Ester} Dia IX...Sabiduría y zapatos de plástico - Desayuno espiritual 9 de febrero de 2015


Leer Ester 2.19-23 / Meditar: Proverbios 19.20



Debería haber escuchado a mi madre cuando me dijo que no fuera al río con mis nuevas sandalias de plástico brillantes. Hombre, me encantaban esos zapatos. Me encantaba cómo se sentían y cómo se veían. Los míos tenían brillantes incrustados, como me imaginaba que eran las zapatillas de Cenicienta. Sobre todo me encantaba el sonido que hacían cuando caminaba en ciertas superficies, casi como zapatos de tacón alto. Esas sandalias estaban “de moda” en los años 80 y me habían dado un nuevo par justo antes de ir al río con mi tía y mis primos.

El problema era que no me gustaba caminar por el río. El sentir de las algas, el temor de que algo podía morderme, y las rocas que me pinchaban los pies tenían que ser evadidos. Así que cuando tomamos el bote hacia el otro lado, me puse mis sandalias de plástico en el agua. ¡Esa era otra cosa buena sobre ellos, se podían mojar!

Estaba sumergida hasta la cintura cuando me golpeé mis pies y uno de mis zapatos se me cayó. Yo frenéticamente busque por todas partes, pero se había ido. Horror no está ni siquiera cerca de lo que yo sentí al caminar fuera del agua. Lloré, por supuesto, pero eso no trajo de vuelta mi maravilloso zapato.

Es una historia chistosa, pero dice la verdad acerca de la sabiduría y la locura. Una persona sabia escucha el consejo dado por otros, especialmente de aquellos que son mayores y más sabios en la fe y en la vida.

Si hubiera escuchado la sabiduría de mi mama podría haber conservado mis zapatos. En Ester, vemos sabiduría compartida y destinada a un resultado mucho más importante.

Ester era reina ahora. Dios la había puesto en el trono por un propósito muy especial de proteger a Su pueblo. Esta historia debe recordarnos que Dios nos ha puesto a cada una de nosotras en condiciones muy específicas. Puede que no conozcamos todos esos planes en este momento, pero sí sabemos muchos de los propósitos de nuestra vida. Si tienes un marido y una familia, entonces es ministrarles y apuntarlos a Cristo, su única esperanza de salvación. Si tienes amigos, entonces es ser un ejemplo piadoso para ellos y animarlos. Si tienes que “marcar tarjeta” en el lugar de trabajo, entonces es honrar a Dios a través de tu fidelidad y ética de trabajo.

Aunque Ester era la reina, ella no ignoró el consejo que Mardoqueo le dio (para mantener su etnia en secreto). Ella lo honró no sólo escuchando su consejo, sino haciendo lo que él había aconsejado.

Hay dos cosas hermosas para observar aquí:
El Honor de la Edad



Muchas personas ignoran a los ancianos. Son vistos como irrelevantes e innecesarios. En Occidente, los colocamos en comunidades donde puedan vivir con otras personas de su edad. A veces hacemos esto para aliviarnos a nosotras mismas de tener que cuidar de ellos, escucharlos, y amarlos. En su mayor parte no honramos aquellos con el pelo gris en la cultura americana. Pero Ester respetaba a Mardoqueo, un hombre mayor, y escuchó lo que tenía que decir. Con la edad viene la experiencia y la sabiduría. ” Corona de honra es la vejez que se halla en el camino de justicia.” Proverbios 16:31
El honor de la Sabiduría



Ester respetaba a Mardoqueo. Ella no solo asintió con la cabeza. Ella escuchó y siguió su consejo. Ella sabía que él tenía una visión más clara que ella. Sabía que “En los ancianos está la ciencia, Y en la larga edad la inteligencia..” (Job 12:12)
Necesitamos sabiduría. Pero fiel es Dios que la proporciona a los que la buscan; a los que piden por ella (Santiago 1: 5). Debemos estar dispuestas a buscarla cuando la necesitamos, y prestar atención cuando la escuchamos. El libro de Proverbios nos habla una y otra vez acerca de la belleza y el valor de contar con ella. Es una marca de alguien que teme al Señor, que es madura en la fe y que tendrá un impacto en los demás.

Mirando a Jesús,
Fuente:amaadiosgrandemente

Comentarios

Entradas populares de este blog

A donde fue Cain después de haber matado a su hermano Abel

{Ester} Dia VII...Huérfanos…pero no desamparados - Desayuno espiritual 04 de febrero de 2014

Jesucristo el hijo del padre