{Ester} Dia VII...Huérfanos…pero no desamparados - Desayuno espiritual 04 de febrero de 2014

laura semana 2 martesLeer: Ester 2.5-7 /Meditar: Santiago 1.27

Sabemos que un huérfano es una persona que se queda sola porque ninguno de sus progenitores vive y en el proceso de crecimiento y desarrollo se encuentra solo o acompañado por personas que no son sus padres. Es común pensar que un huérfano está desprotegido, desamparado y es una persona vulnerable, frágil y débil. Pero en esta historia que empezamos a leer hoy y que nos abre las puertas para conocer los orígenes de la mujer que más tarde sería la reina de Persia y salvaría de la destrucción al pueblo judío, vemos que ser huérfano no fue un impedimento ni obstáculo para los planes de Dios.

Sí, lo estamos leyendo, la mujer que más tarde se convertiría en esposa de Asuero, el rey de Persia y de Media y, por tanto, en reina, es quien intervendría y salvaría al pueblo judío. Era huérfana pero, a pesar de su condición, nunca estuvo sola. De su cuidado se hizo cargo su primo Mardoqueo, un hombre que había sufrido el exilio de Jerusalén a Babilonia y había permanecido en cautividad pero que la adoptó como hija suya al morir sus padres.

Hay varios conceptos en este texto que debemos rescatar y que nos hablan del amor, cuidado y plan de Dios. Se habla de orfandad y adopción. En la condición de huérfano, Ester, probablemente, era una jovencita frágil, débil, delicada que podría sentir un vacío o soledad por la ausencia de sus progenitores. Pero Dios, que todo lo planea a la perfección, había destinado a Mardoqueo para el cuidado de esta chica de hermosa figura y buen parecer que más tarde cumpliría un propósito en los planes divinos del Señor al redimir al pueblo de Israel, convirtiéndose en reina de Persia.

Me emociona leer versículos que se enfrentan al concepto y percepción humanas. Parecen contradecir la mentalidad injusta y pecaminosa del hombre. A lo largo de la historia, un huérfano siempre ha sido visto con lástima y pena porque está desamparado pero Dios nos dice, en repetidas ocasiones, que de lo mínimo él hará algo grande; nos dice que en la debilidad veremos su poder y su gloria. La Biblia dice que más son los hijos de la desamparada que los de la casada y esto nos demuestra la infinita misericordia de Dios.


Y aunque tu principio haya sido pequeño,
Tu postrer estado será muy grande.

Job 7:8


Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad.

2 Corintios 12:9


Porque más son los hijos de la desamparada que los de la casada, ha dicho Jehová.

Isaías 54:1


Para él no hay lástima, hay misericordia. La misma que nos salvó y redimió porque nosotros también fuimos huérfanos en otro tiempo, estábamos exiliados de la presencia de Dios y éramos débiles, frágiles, susceptibles y vulnerables, pero hoy, gracias a Jesucristo, hemos sido adoptados y considerados hijos de Dios.

Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad. Efesios 1:3-5

Siendo una mujer huérfana y humilde, Ester hacía parte del plan de Dios y, de esa misma forma, el Señor tiene un plan y un llamado para ti y para mí en Su obra. Quizás no para conquistar naciones pero sí para representar y ser embajadoras de Su reino, practicando, como lo hizo la reina Ester, la bondad y misericordia con los demás.

En Santiago 1:27, se nos habla de la verdadera religión, de la auténtica espiritualidad. Y se nos dice que ésta consiste en visitar a las viudas y huérfanos en sus tribulaciones y guardarnos sin mancha del mundo. ¿No está claro el propósito? Ester hizo lo mismo, puso en práctica la verdadera religión y ayudó a los huérfanos y desamparados del pueblo judío, siendo ella una huérfana también.

Que la actitud de Mardoqueo con su prima, de sacrificio y esfuerzo por ayudarla, protegerla, aconsejarla en la ausencia de sus padres nos mueva a misericordia y sirva para ayudar a los huérfanos y desamparados porque nosotros también lo fuimos pero hoy, gracias a la misericordia de Dios hemos sido rescatados y amparados por su amor y gracia.

Revisemos si en nuestra actitud estamos aplicando la verdadera espiritualidad o nos limitamos a leer la biblia, ir a la iglesia y diezmar. Dios quiere que amemos con autenticidad, a pesar de todo, que visitemos a los enfermos, a los desamparados, a las viudas y huérfanos. Hay muchos huérfanos a tu alrededor aunque tengan padres. Están huérfanos de Dios. Sé el instrumento que les acerque al reino del Señor y permite que tengan vida y sean libres de la orfandad.

Trabajando y sirviendo al mejor de los jefes,
Fuente: amaadiosgrandemente

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