{Ester} Dia II - Retomando el Camino - Desayuno espiritual 24 de enero de 2015




Lectura: Ester 1.5-8 - Meditar: Mateo 4.8-9



Aunque el matrimonio de Vasti y Asuero no representen al de Jesús con Su iglesia. Leer acerca de ellos me hace recapacitar en mi matrimonio y además de eso, en mi andar con mi Señor. Si me permiten, quiero invitarles a ustedes a hacer lo mismo. Pero yo no soy casada, dirán las jóvenes, sí lo sé y sé que habrá también algun@s que ya no estén casadas o que no llegaron a casarse. Pero sin importar el estatus civil de cada un@, recordemos que la iglesia es llamada a ser la esposa de Jesucristo, así que es válido para todas el poder evaluar nuestra relación con el Señor.



En el primer capítulo del libro de Ester se nos presenta a una voluntariosa reina Vasti, quien tomando sus propias decisiones, no se detuvo a pensar en el rey, sino que su corazón se llenó de soberbia y orgullo, y decidió pasar por encima de la autoridad, la hombría, el nombre de quien era su esposo. Vasti tenía cuanto se podía desear y más, mucho más, y tenía también una posición privilegiada que quizás le permitía inclusive ayudar a su parentela. Pero decidió equivocadamente, cegada en su entendimiento, quebrantó la autoridad, menospreció la palabra del rey….de su esposo. No le importó hacer ver mal a su marido, quiso demostrar que ella era también alguien cuya palabra debía respetarse. El corazón de esa mujer estaba lleno de todo, menos de amor y respeto hacia su esposo, consecuencia… ¡perdió todo!



En base a este suceso, pensemos un momento y analicemos: ¿En qué momento esta esposa dejó de lado su afecto, su respeto, su consideración hacia su esposo, cuándo fue que se apagó ese amor, ese deslumbramiento o admiración que sentía? ¿Cuándo dejó de lado el pacto, el compromiso hecho ante él?

La Palabra nos dice: “Porque separadas de El nada podemos hacer“…. Juan 15:5b. Esta separación obviamente no se refiere a lo físico, sino a la separación que se va haciendo en nuestra mente y corazón, en nuestras actitudes y reacciones, es ahí donde comenzamos a caminar por caminos paralelos, parecidos, pero no en el camino que El nos señaló, en el que quiere que andemos apegados a sus formas, a sus maneras, a sus mandatos. El consejo de de su Palabra de pronto pareciera volverse algo “opcional” o uno entre otros para escoger. 

Much@s quizás por los años, podemos engañarnos al pensar que no hay nada más que aprender, que hemos recorrido diferentes ministerios, servicios, posiciones. De pronto nos volvemos quisquillos@s, reaci@s a ser enseñad@s o, mucho peor, a reconocer aquello de lo que se carece o en lo que se falla.

Vasti debió haberse sentido al inicio de su matrimonio tan privilegiada al haber sido escogida entre muchas otras como la flamante esposa de Asuero, imaginen por un momento el corazón de esa joven recién casada anhelando las invitaciones de su esposo para pasar a su lado el mayor tiempo posible, para compartir con él sus sueños más secretos.

Nosotr@s como hij@s de Dios hemos gustado y conocido lo que es pasar tiempo al lado de nuestro amado Señor y Rey, El ha hablado Sus promesas a nuestro corazón, nos ha honrado dándonos el privilegio de portar Su Nombre, nos ha tratado con delicadeza y gran cuidado. ¿Cuál debiera ser entonces nuestra respuesta?

Como parte de la novia que aguarda a su amado, examinemos nuestros caminos, y reconsideremos, hagamos una pausa y revisemos si nuestro amor ha ido disminuyendo; y si es así, busquemos en qué parte de nuestro caminar la relación se volvió fría, se volvió rutina, religión, obligación. Cuándo fue que comenzamos a actuar como simples empleadas, dejando a un lado el papel de esposa enamorada de nuestro Jesús, el lugar de una esposa que no le cuestiona, sino que voluntariamente se somete a Él, le busca, escoge mejor estar un día en sus atrios que mil fuera de ellos (Salmo 84:10).

Pensemos en qué momento, como novia de Cristo, comenzamos a olvidar el favor y la gracia que nos salvó, ese amor que llevó a nuestro amado directo a la cruz donde dio Su vida para darnos vida en El. ¿Cuándo sucedió que nos volvimos tal vez ingrat@s, olvidando todo su cuidado y protección? Y habiendo escudriñado nuestro andar, retomemos el camino desde el punto en que comenzamos a apartarnos, a sentirnos autosuficientes, en que comenzamos a cuestionar dejando de creer y confiar en sus palabras, planes y propósitos para nosotr@s y habiendo hecho esto….volvámonos a Jehová.


Hagamos un examen de conciencia    y volvamos al camino del Señor.... Lamentaciones 3:40



Así dice el Señor:

    pregunten por los senderos antiguos.Pregunten por el buen camino,

    y no se aparten de él.    Así hallarán el descanso anhelado.Pero ellos dijeron:

    “No lo seguiremos.”Jeremías 6:16

                                         


Sirviendo al Rey con gozo….


fuente: amaadiosgrandemente

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