La bendicion de la debilidad
En el Evangelio vemos que Dios es todo lo que no somos. Somos pecadores, Él es justo; Somos inmundos, él es Santo; Estamos muertos, ÉL es la vida; Estamos en la oscuridad, es la luz; Estamos perdidos, él es el camino.
Los ojos del Señor escanear todo el mundo para encontrar a aquellos cuyos corazones están comprometidos con él y para fortalecerlos. 2 Crónicas 16: 9
El Evangelio nos encuentra en el punto de nuestra debilidad, no nuestra fuerza. Nuestra propia fuerza nos engaña y nos ciega a nuestra necesidad. Los ojos de Dios no se mueven de aquí para allá en busca de superhombres, los poderosos, los grandes, influyentes. Dios no tiene necesidad de nuestros esfuerzos, nuestra influencia, o nuestros recursos ( Zacarías 4: 6 ).
El poder de Dios viene a nosotros por el espíritu de Dios, no por nuestra voluntad o la tenacidad. Sus ojos están buscando aquellos cuyos corazones se han roto y se entregó a él. Está buscando aquellos ante quien y a atraves de quien, él puede ser fuerte.
Dios escogió las cosas que el mundo considera necio para avergonzar a aquellos que piensan que son sabios. Y escogió cosas que son impotentes para avergonzar a los que son poderosos. Dios escogió cosas despreciadas por el mundo, las cosas contadas por nada en absoluto, y los utilizó para llevar a la nada lo que el mundo considera importante. Como resultado, nadie puede jamás presumir en la presencia de Dios. 1 Corintios 1: 27-29 NVI
Dios nunca nos quiere en el lugar de la autosuficiencia, confianza en sí mismo, o independencia, sino en el lugar de la búsqueda de nuestra competencia en Él. ( 2 Corintios 3: 5 ).
Como creyentes, todo lo que tenemos y todo lo que todo que somos, ha llegado a nosotros por la gracia, por medio de la fe. Lo único que le podríamos traer a él, era un corazón vacío. A través del Evangelio, Dios nos dice que, "a través de mi hijo, quiero ser a todo lo que tu no puedes ser; voy a darte todo lo que no tienes; permíteme revelarte todo lo que no ves, y déjame hacer a través de ti, todo lo que no puedes hacer"
Podría encontrar Dios cada una de nuestras débilidades, para que baste saber cuánto lo necesitamos... todo el tiempo!
Bendito eres Tú, Señor, Dios de Israel, nuestro Padre, para siempre jamás. Tuya es, oh Señor, es la grandeza, el poder y la gloria, la victoria y el honor; Por todo lo que está en los cielos y en la tierra es tuyo; Tuyo es el reino, oh Señor, y tú eres excelso sobre todos. Las riquezas y la gloria proceden de ti, y tú dominas sobre todo. En su mano está el poder y la fortaleza, En tu mano es para hacer grande y el dar poder a todos. "Ahora pues, Dios nuestro, Te agradecemos y alabamos tu glorioso nombre. I Crónicas 29: 10-13 NVI
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