Conquistando Nuestros Sueños I


Por: Alma Ponce
“Tú, pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús”, 2ª Tim. 2:1
Todos tenemos sueños que queremos alcanzar en esta vida. Tal vez un puesto en un trabajo, un ministerio, la realización personal, la transformación de la familia, etc. Dios nos ha dado dones, talentos y habilidades para que cumplamos un propósito en esta tierra; por tanto, nuestro anhelo y responsabilidad deberán ser alinear ese propósito de Dios para mí, junto con lo que Él me ha dado.
Para algunos, es difícil determinar cuál es el sueño de su vida y se la pasan experimentando aquí y allá, sin ser certeros ni específicos. Otros, tienen más o menos claro su sueño, pero quizás no saben cómo alcanzarlo.
Existen una serie de pasos o “escalones” a seguir en este proceso de vida para alcanzar nuestros sueños:
1-   Pensar los pensamientos correctos: Fil. 4:8 dice, “Por lo demás hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad”. Pasamos muchotiempo dándole lugar a la duda, al temor, a la incertidumbre, a la indecisión, y eso no nos ayuda a perseguir nuestro sueño.
2-   Hablar las palabras correctas: Prov. 18:20 y 21 dice, “Del fruto de la boca del hombre se llenará su vientre; se saciará del producto de sus labios. La muerte y la vida están en poder de la lengua, y el que la ama comerá de sus frutos”. ¿Hablamos duda? ¿hablamos negativamente?, o ¿hablamos lo que somos en Cristo y quiénes somos en Él?
3-   Tener metas específicas: Fil. 3:13 y 14 dice, “… pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está adelante, prosigo a la meta…”. Muchos no tienen metas y por eso fracasan; viven permanentemente en una constante improvisación.
4-   Tomar responsabilidad por sus actos: Gén. 3:12 dice, “Y el hombre respondió: la mujerque me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí”. Nos pasamos la vida echándole la culpa a los demás por nuestras decisiones o nuestros errores, en lugar de asumirlos y corregirlos.
5-   Tener buenos amigos: Sant. 5:16 dice, “Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados”. Necesitamos amigos que nos animen, nos aconsejen, nos confronten y nos ayuden a crecer en Dios y alcanzar nuestros sueños.
 Continuará…

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