Protegeme del pecado.
Por Alistair Begg. Y Como yo soy tu siervo, protegeme de mi inclinación hacia el orgullo, y cuidame de que el pecado gobierne mi vida. Si usted hace esto, voy a estar sin mancha, e inocente de grandes delitos. Salmo 19.13 (Voice) Tal fue la oración del "hombre conforme al corazón de Dios". ¿Para ser Santos, como David, necesitamos orar así? Cuando es necesario, entonces, que esa oración deba ser para nosotros nacidos en la Gracia! Es como si dijera: Guárdame, aunque me precipite de cabeza sobre el precipicio del pecado. Nuestra naturaleza pecaminosa, como un caballo mal humorado, tiene tendencia a escaparse. Más puede la Gracia de Dios poner el arnés sobre ello y sujetarnos para no apresurarnos al mal. Que podría el mejor de nosotros hacer, si no fuera por los controles que establece el Señor sobre nosotros, tanto en la Providencia y en la Gracia!. La oración del salmista está dirigida contra la peor forma de pec...