Leer: Ester 2.5-7 /Meditar: Santiago 1.27 Sabemos que un huérfano es una persona que se queda sola porque ninguno de sus progenitores vive y en el proceso de crecimiento y desarrollo se encuentra solo o acompañado por personas que no son sus padres. Es común pensar que un huérfano está desprotegido, desamparado y es una persona vulnerable, frágil y débil. Pero en esta historia que empezamos a leer hoy y que nos abre las puertas para conocer los orígenes de la mujer que más tarde sería la reina de Persia y salvaría de la destrucción al pueblo judío, vemos que ser huérfano no fue un impedimento ni obstáculo para los planes de Dios. Sí, lo estamos leyendo, la mujer que más tarde se convertiría en esposa de Asuero, el rey de Persia y de Media y, por tanto, en reina, es quien intervendría y salvaría al pueblo judío. Era huérfana pero, a pesar de su condición, nunca estuvo sola. De su cuidado se hizo cargo su primo Mardoqueo, un hombre que había sufrido el exilio de Jerusalén a Babilonia y